Adopción de Pancho

Pancho es un pequeño Teckel con un pasado que deja huella. Procede de Andalucía, donde la fundación Damas y Vagabundos recibió el aviso de su situación y decidió tenderle una mano. Gracias a ellos, Pancho tuvo la oportunidad de viajar hasta Barcelona y conocer a la que parecía su familia definitiva.

Pero no siempre la vida se acomoda a la primera. En esa casa, Pancho mostró conductas agresivas hacia los hombres, llegando incluso a atacar a uno de ellos. Una situación dolorosa tanto para la familia como para él, porque detrás de cada reacción siempre hay una historia que lo explica.

Ante lo ocurrido, la fundación contactó con nosotros y sin dudarlo organizamos su llegada a Villa ADAP. Queríamos darle la oportunidad de empezar de nuevo, esta vez con las herramientas adecuadas. Apenas llegó, nuestro educador canino Toni, de Esperit Cani, vino a evaluarlo y trazó un perfil psicológico que nos está ayudando a trabajar con él de manera consciente y respetuosa.

Indagando en su pasado, descubrimos la raíz de su miedo: Pancho había sido maltratado por un hombre. Y aunque con las mujeres es un perro encantador, alegre y fascinante, con los hombres necesita tiempo y confianza para sentirse seguro. Algo totalmente comprensible después de lo que vivió.

En el refugio, día a día trabajamos con él mediante refuerzo positivo para que vuelva a asociar la presencia masculina con cosas buenas, y la evolución está siendo muy positiva. Pancho es un perro divertido, con chispa, con ese carácter tan especial que enamora a quien le dedica paciencia y cariño.

Su historia es un recordatorio de que los animales son el reflejo de lo que reciben, y que con amor, respeto y trabajo en equipo se pueden reconstruir hasta las almas más heridas. Pancho necesita una familia que entienda el duelo que esta pasando y su duro pasado, necesita tiempo y paciencia para volver a confiar, pero una vez se deja conocer, es todo amor